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Los hermanos Pou y Hansjörg Auer abren The Door (630 m, 8b) y otras tres vías más en Baffin
23.08.2012 - FOTO Y TEXTO: desnivel.com
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La expedición a Perfection Valley formada por Iker y Eneko Pou, Hansjörg Auer y Ben Lepesant regresa con un botín de cuatro líneas entre las que destaca The Door (630m, 8b) a la Belly Tower, la vía más dura del Círculo Polar Ártico.
Unas semanas después de regresar de su expedición a Perfection Valley, en la canadiense isla de Baffin, los hermanos Iker y Eneko Pou y el austriaco Hansjörg Auer han publicado el resultado de dicho viaje. Se han traído a casa cuatro nuevas vías y una experiencia increíble de escalada de exploración en el Círculo Polar Ártico. Entre las nuevas líneas dibujadas en las hasta entonces inescaladas paredes de la zona, destaca especialmente The Door (630 m, 8b) a la Belly Tower, que opta al título de vía en libre más difícil del Ártico.
Después de 50 días de expedición en Perfection Valley, un lugar remoto e inhóspito en el que no se conocía que ningún otro escalador o alpinista hubiera accedido anteriormente, los Pou y Auer son ahora expertos en escalada ártica. Según comenta Hansjörg, la escalada libre en la costa este de la isla de Baffin no es común. Hay tres problemas fundamentales. La calidad de la roca no siempre es buena y muchas paredes no pueden subirse en libre. El campo base es otro problema. Los meses de junio y julio son los perfectos por la combinación de las temperaturas, pero no te permiten montarlo sobre hielo y esto te obliga a estar allí durante esos meses. Y por último, el agua. Hay muchos picos cubiertos de hielo y las chorreras caen en la línea más directa que encuentran.
The Door a la Belly Tower
La meteorología no estuvo de la parte de los expedicionarios. De hecho, contaron hasta 22 días seguidos de mal tiempo al inicio de la expedición, en los que ni tan siquiera pudieron ponerse los pies de gato. Cuando las condiciones les dieron un respiro, se lanzaron a por los 650 metros de desnivel de la cara este del pico que bautizaron como Belly Tower, donde comenzaron a escalar The Door, que a la postre sería la vía de la expedición.
En la primera oportunidad, estaba quedando una buena vía, con largos de mucha calidad y muy mantenidos, comenta Eneko Pou al respecto, y añade que abrimos catorce en cuatro días de escalada, y uno de ellos, The Door iba a ser la clave de la vía. Finalmente, el 1 de julio terminaban su obra con la primera ascensión, y una semana después, el día 7 de julio, Iker Pou se hacía con la primera en libre al tercer intento, seguida por la primera repetición a cargo de Hansjörg Auer.
The Door tiene 16 largos para un recorrido de 630 m, a los que hay que añadir otros 200 metros de trepada fácil. Los aperturistas cotaron la dificultad máxima de la vía en 8b, que sería el grado más alto otorgado a una vía escalada en libre en el Ártico, según sus propias investigaciones. Para futuros repetidores, la línea está equipada con 27 parabolts, 5 pitones y 3 beaks.
Otras tres vías entre 6b y 6b+
Unos días más tarde, el equipo se dividió en dos para ascender paralelamente dos nuevas líneas de seis largos cada una en la cara este del White Hall, la montaña que se escondía detrás del campo base. Por una parte, Hansjörg Auer, el escalador belga Ben Lepesant y el cámara Matteo Moccelin se hacían con la vía que bautizaron como Hotel Gina (320 m, 6b+, con otros 250 m de trepada). Por otro lado, los hermanos Pou y el también cámara Ricky Felderer se anotaban la vecina Hotel Mónica (320 m, 6b+, con otros 250 m de trepada).
Finalmente, y con la expedición llegando ya a su fin, Hansjörg Auer, Iker y Eneko Pou volvieron a unir fuerzas para realizar una última vía en el Pilar Noreste del Monte Cook, que era el segundo más cercano al campo base. Después de una aproximación que requirió superar 1.100 m de desnivel y cruzar un glaciar, despacharon su nueva cración en poco menos de 4 horas. Los once largos de Levi is coming (420 m, 6b) conforman una de las vías más bonita que hemos abierto, aseguran. Según cuenta Eneko Pou, todos los largos son muy buenos y tuvimos buena visión a la hora de elegir la línea. El nombre que eligieron para ella denota ciertas ganas de regresar a la civilización: La llamamos así en honor a nuestro guía Levi que tenía que venir a sacarnos de allí. Llevábamos diez días comiendo sopa y racionando la comida porque no sabíamos lo que nos quedaría. Como resumen, comenta que ahora sabemos que hemos sobrevivido a uno de los lugares más salvajes de la tierra y ha sido una experiencia increíble.
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