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IZARREN HAUTSA (300m, 7a) apertura de Ekaitz Maiz y Asier Luke en la Torre de Marboré 07.03.2012 - FOTO Y TEXTO: desnivel.com
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| La Torre de Marboré vuelve a ser escenario de las aperturas en pared de Ekaitz Maiz. Esta vez, encordado con Asier Luke, firman una primera que bautizan como Izarren hautsa (polvo de estrellas). Trescientos metros con dificultades máximas de 7a, en temporada invernal pero con unas condiciones excelentes. Ekaitz nos lo cuenta.
Semana anticiclónica en febrero. Lleva casi dos semanas sin nevar en Gavarnie y no dejo de pensar en la línea que estuve mirando en verano cuando abrimos la ruta Agur eta ohore en la cara norte de la Torre de Marboré. Este invierno había subido dos veces al tercer muro de Gavarnie, y la mirada se me iba a la Torre. Es increíble que las condiciones de la pared sean mejores en febrero que en agosto.
Viendo las buenas condiciones, Asier y yo habíamos hecho el plan para ir cuatro días, pero, por motivos laborales, el tiempo se recortó, y el jueves día 1 de marzo, a las 5 de la tarde, salimos de la estación de esquí de Gavarnie con un petate que rondaría los 30 kilos de peso. Íbamos con idea de hacer un vivac en la base de la Torre y otro en la cueva que hay en la cuarta reunión. Pero llegamos tan cansados al refugio de Serradets que cambiamos de planes y nos lo jugamos todo a una carta: abrir la vía en el día. Y es que había previsión de nevadas para el 3 de marzo.
2 de Marzo. Nos levantamos a las 4 de la mañana y, después de un buen desayuno, una hora más tarde estamos en marcha. La nieve está dura y avanzamos a buen ritmo; además la huella estaba abierta en dirección al tercer muro. El objetivo es llegar al amanecer a la base de la pared, y lo clavamos. Nos preparamos y empezamos a escalar. La nieve y el hielo son una constante en los primeros metros, pero superamos el diedro y el nevero del segundo largo con relativa rapidez. Asier suelta el petate, y empiezan los problemas. ¡Se atasca con cada piedra que toca! No sin esfuerzos, el petate llega a la reunión y seguimos escalando. La roca es excelente. Un diedro, una preciosa bavaresa… y otra vez el petate.
16 horas de apertura
Después de escalar unos desplomes y unas placas, alcanzamos la cuarta reunión, donde teníamos previsto vivaquear. Eran cerca de las 2 y media de la tarde, y decidimos dejar allí el petate. El muro se ve precioso, la roca es mejor que excelente y ofrece numerosas posibilidades para protegerse. Seguimos escalando; eso sí, cada vez más cansados. El frío va haciendo mella; voy a dar un trago de agua, y, al sacarla del petate, la botella está congelada. Escalando los últimos largos me doy cuenta de que las uñas se me han separado de la carne, pero de esa circunstancia no me he dado cuenta hasta llegar a la reunión. Apenas sentía los dedos. La parte alta de la pared se ve cada vez más cerca y eso nos anima mucho.
Tres horas más tarde, llegamos a la vira nevada. Vemos la cima, y empezamos a rapelar. Hacemos el último rápel con la luz de las frontales y nos dirigimos al refugio.
Llegamos al refugio a las 8 y media: ¡estamos extenuados! Mi cuerpo me pide dormir, que me meta al saco, pero tenemos que hidratarnos y comer algo. Cosa que apenas hemos hecho desde el desayuno a las 4 de la mañana. Una cena austera, sin apenas conversación, y nos metemos al saco: ¡qué placer!
3 de Marzo. Hemos dormido casi 11 horas, y nos sentimos recuperados. Eso sí, el peso de los petates nos avisa de que de nuevo vamos a sufrir de hombros. Llegamos al coche hacia las 4 de la tarde con los hombros destrozados pero muy felices. Lo celebramos con una cerveza y unas patatas. Y ya relajados, al ritmo de los Insurgentes, emprendemos el viaje de vuelta.
Ekaitz Maiz
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