I. CLASIFICACIÓN DE LA ALTITUD
● Dependiendo del lugar en dónde nos encontremos. Por ejemplo:
- 4.000 m Alpes ==> Hielo, Roca y Nieve
- 4.000 m Himalaya ==> Bosques, Poblados y Pistas
- 4.000 m Andes ==> Aeropuertos, Ciudades (La Paz),
Carreteras
* En Europa
- Baja Montaña 0 m ------ 1.500m
- Media Montaña 1.500 m ------ 2.500m
- Alta Montaña 2.500 m ------ ....
● Desde el punto de vista biológico
- Baja Altitud: De 0 a 1.000 m: Ninguna modificación
biológica, ni en reposo ni en el ejercicio.
- Media Altitud: De 1.000 a 2.000 m
Afecta sensiblemente al rendimiento físico.
- Moderada Altitud: De 2.000 a 3.000 m
Afecta moderadamente al rendimiento físico.
- Alta Altitud: De 3.000 a 5.500 m
Modificaciones biológicas en reposo, muy acentuadas con el ejercicio.
- Muy Alta o Extrema Altitud: De 5.500 m en adelante
Negativo efecto sobre las funciones fisiológicas. Dificultad en la
realización del ejercicio físico
- Zona de la Muerte: De 7.500/8.000 m en adelante
Grave deterioro de todos los tejidos, incompatibilidad con la vida, peligro
de muerte.
II. EFECTOS FISIOLÓGICOS MÁS SIGNIFICATIVOS CAUSADOS POR LA ALTITUD
● Debido a la presión y a la falta de oxígeno.
La composición química de la atmósfera
es prácticamente uniforme hasta los 20.000 metros. Sin embargo, la presión
y la densidad atmosférica son mayores en las capas superficiales de la
corteza terrestre y disminuyen de forma exponencial con la altitud. Existen
variaciones regionales; eso explica porqué a una misma altitud, en algunos
lugares hay bosques y en otros lugares no.
Debido a la altitud, tenemos un descenso de la presión atmosférica;
pero al ser la composición de la atmósfera constante, esto se
traduce en una reducción de la presión parcial de cada gas (es
la parte de la presión total que se debe a cada gas) y por lo tanto del
oxígeno. Como resultado tendremos una disminución de las moléculas
de O2 disponibles y los organismos que se encuentren a esa altitud entrarán
en un estado de hipoxia.
Se define la hipoxia: Es el estado que presenta un organismo viviente
sometido a un régimen respiratorio con déficit de oxígeno.
Resumen: A más altitud mayor falta de oxígeno y menor presión parcial del oxígeno.
● Debido a la temperatura.
Se puede decir que de forma general la temperatura disminuye
0,65º por cada 100m de altura. La hipotermia es otro de los efectos fisiológicos
de la altitud. Unos ejemplos: las congelaciones, las cegueras transitorias por
frío intenso y congelación de la cornea.
● Debido al vapor de agua.
El vapor de agua, como cualquier otro gas disminuye con
la altitud, pero de manera más rápida que la presión barométrica.
Así:
|
0 metros |
2.000 m |
4.000 m |
Presión Atmosférica |
100% |
78% |
60% |
Vapor de Agua |
100% |
50% |
25% |
Aumento de las radiaciones solares en la altitud y pérdida
corporal de agua.
Al humidificarse el aire por la entrada en las vías respiratorias, que
luego expulsamos, perdemos agua. Este mecanismo es el que nos produce mayor
deshidratación en altitud.
● Debido a la irradiación solar.
La exposición a la irradiación solar aumenta
con la altitud. La reflexión de la nieve puede determinar un incremento
del 75-90%. Puede producir quemaduras solares e inflamación de la cornea.
En el Everest, ciertos alpinistas que usaban gafas protectoras adecuadas han
sufrido ceguera temporal, hecho este más asociado a la falta de O2 que
a las radiaciones solares.
Resumen: El
factor físico más importante en la altitud es la disminución
de la presión barométrica, que es
progresiva conforme subimos a mayores altitudes. Debido a esa disminución
disminuye la presión parcial de oxígeno del aire, con lo que
baja la presión de oxígeno en la sangre arterial, dando lugar
a una hipoxia relativa. También disminuirán la temperatura,
la humedad relativa, la fuerza de gravedad y la resistencia del aire. Y aumentarán
las radiaciones.
III. RESPUESTA FISIOLÓGICA A LA ALTITUD
Tenemos dos respuestas: una inmediata y más duradera
o a largo plazo.
● Respuesta Aguda:
La puesta en marcha de los mecanismos reguladores que se
producen en el organismo como consecuencia de la exposición súbita
a la altitud. Se produce hasta el tercer día.
- Reposo: Respuesta aguda a la altitud. Aumento
de la ventilación pulmonar para contrarrestar los efectos de la disminución
de O2 (presión parcial del oxígeno). Aumento del la frecuencia
cardiaca. También se produce una disminución del agua intra
y extracelular.
- Ejercicio: Ventilación y frecuencia cardiaca
elevadas, por encima de los valores a nivel del mar para la misma carga de
trabajo. Estos cambios no logran compensar el efecto de la hipoxia.
Como consecuencia de esta respuesta fisiológica, habitualmente
se observan algunos síntomas como insomnio, cefaleas, vértigo,
apatía, falta de apetito, fatiga prematura durante los esfuerzos físicos,
bronco espasmo, taquicardias, hipertensión arterial. Estos síntomas
mejoran con la aclimatación gradual y no suelen tener complicaciones
en altitudes moderadas.
● Respuesta Crónica:
Los cambios que se producen a partir del tercer día
en altitud. Aclimatación y adaptación. La aclimatación es
una adaptación a la hipoxia. La adaptación es definida como el
desarrollo de ciertas características anatómicas y fisiológicas,
provocadas por los agentes estresantes del ambiente (falta de O2) y que permiten
al ser vivo vivir en altitud sin necesidad de cambios en su organismo. Las adaptaciones
son progresiva y genéticamente fijadas y son permanentes. La capacidad
de adaptación puede ser un rasgo genéticamente fijado de un individuo
o de una especie.
- Respiración: Aumento de la captación
de oxígeno: la hiperventilación pulmonar y el enlentecimiento
de la circulación pulmonar aumentan el tiempo de intercambio gaseoso.
- Frecuencia cardiaca: En unos 3 a 6 días
el gasto cardiaco disminuye y en largos periodos a acercarse a niveles normales
a nivel del mar. En grandes altitudes, la frecuencia cardiaca disminuye como
mecanismo de protección, llegando a valores de 135 latidos por minuto.
- Transporte de Oxígeno: Aumenta la producción
de glóbulos rojos, que se empieza a notar a partir de los 15 días.
Y aumento del riego sanguíneo de los órganos principales (cerebro,
corazón, pulmones, riñón).
Algunos de estos mecanismos aparecen simultáneamente con
la exposición a la altitud (hiperventilación pulmonar, aumenta
el gasto cardíaco) y otros surgirán a lo largo de varias semanas.
Se considera necesario un período de 4 a 8 semanas en altitud para una
aclimatación completa. El MAM se produce cuando existen alteraciones
de estos mecanismos, por exceso o por defecto, provocando trastornos de gravedad
variable.
La capacidad física en altitud. El consumo máximo
de O2 que mide la capacidad física disminuye progresivamente en altitud.
En la cima del Mont Blanc (4.807m) una persona no conserva más que el
70% de la capacidad física que tiene a nivel del mar. En la cima del
Everest (8.848m) sólo se dispone del 20%, cantidad apenas suficiente
para caminar a un ritmo muy lento.
IV. M.A.M (MAL AGUDO DE MONTAÑA)
El MAM puede aparecer en el ser humano a las pocas horas (4-24h)
de exponerse a la altitud. A partir de los 2.500m es frecuente. Se calcula que
puede afecta al 30% de las personas expuestas bruscamente a 3.000 metros y al
75% de las expuestas a 4.500m. En este sentido, hay que tener en cuenta que
la diabetes, el asma y la hipertensión arterial, bien controladas y con
un estricto seguimiento médico, n o están en sí mismas
contraindicadas con la altitud. Sin embargo, sí lo están las enfermedades
cardiacas en las que ha existido fallo cardiaco (infarto de miocardio, angina
de pecho, ...).
Existen dos formas graves de MAM que pueden producir la muerte y precisan una
actuación urgente: el edema pulmonar de altitud (EPA) y el edema cerebral
de altitud (ECA). Suponen las principales causas de fallecimiento no traumático
entre alpinistas.
El MAM aparece más frecuentemente en individuos jóvenes, probablemente
por ser el mayor grupo de población que se expone a este riesgo, y en
niños. Afecta por igual a mujeres y a hombres, y se cree que la susceptibilidad
de sufrirlo tiende a disminuir con la edad, aunque no existen estudios concluyentes.
Esta susceptibilidad es individual y no está relacionada con el tabaquismo,
el asma, el entrenamiento físico o el consumo máximo de oxígeno
(índice de entrenamiento aeróbico). Es cierto que suele haber
una mejor aclimatación en cada nueva ascensión, aunque transcurran
varios meses, denominándose a este fenómeno “memoria de
la aclimatación”.
Por lo tanto, la única prevención posible para no padecer el MAM
es la aclimatación.
Sintomatología del MAM
- Cefalea (dolor de cabeza). Producida por la hipoxia
cerebral. Habitualmente es pulsátil, frontal y bilateral, y empeora
con el ejercicio. Es el síntoma más frecuente (65% a la llegada
al campo base) que suele ceder con el reposo y analgésicos. Si despierta
por la noche, persiste por la mañana o no mejora con analgésicos,
nos indica un MAM grave, premonitorio de un edema cerebral de altitud. Es
necesario descender al menos 500m y esperar su desaparición.
- Nauseas y vómitos. Favorecen la deshidratación.
También puede surgir digestiones pesadas y aerofagia.
- Anorexia (pérdida del apetito). Suele ser constante
en el MAM y se incrementa al aumentar la altitud.
- Fatiga anormal. Con cansancio, debilidad e indiferencia.
A veces difícil de distinguir del cansancio por esfuerzo. Cuando esta
fatiga llega a un nivel de extremo, hasta el punto de no levantarse para comer,
rechazar la ingesta líquida y no sentir ganas de orinar durante horas,
es muy probable la aparición de un como por ECA en las próximas
24 horas, siendo obligado el descenso.
- Disnea (dificultad respiratoria).
En reposos con sensación de falta de aire. Si se acompaña de
tos, opresión torácica y taquicardia puede ser premonitorio
de un edema pulmonar de altitud, siendo necesario el descenso. Una respiración
suspirosa,, con inspiraciones profundas, suele corresponder a la respiración
periódica de altitud, sin riesgo si se controla la ansiedad que produce.
- Insomnio. Respiración periódica, dificultad
en la conciliación del sueño, despertares nocturnos, sensación
de falta de aire, son frecuentes durante la primera semana en altitud y tienden
a desaparecen en la segunda. La respiración periódica, cortada
por intervalos largos sin respirar (observable por los compañeros despiertos),
es común en altitud, aunque se produce en el MAM, como fenómeno
aislado no tiene gran importancia.
- Edema (hinchazón). Los afectados por el MAM
suelen retener más agua y sodio en el organismo, con lo cual se produce
una mala distribución de líquidos, con aumento de estos en los
tejidos corporales y disminución del volumen circundante en la sangre
(hipovolemia relativa). Como consecuencia, pueden aparecer edemas en partes
declives, alrededor de los ojos y edema generalizado (cara, mano, pies).
- Oliguria (disminución de la cantidad de orina en
24horas). Una cantidad de orina diaria inferior a 800ml suele ser signo
de deshidratación o MAM grave. Si no aumenta la diuresis al incrementar
la ingesta líquida, es necesario descender hasta su normalización.
- Hemorragias retinianas. Suelen ser asintomáticos
y sólo se descubren con un examen del fondo del ojo, apareciendo los
primeros días de estancia en altitud. Se relaciona con el incremento
del flujo sanguíneo y la presión hidrostática en los
vasos retinianos. Si afectan a la mácula densa (*), el individuo percibe
una visión borrosa, pérdida de visión en una zona del
campo visual y dejan secuelas en algunos casos.
- Ataxia (trastorno de la coordinación).
Con alteración en la marcha y en la coordinación de movimientos.
Se produce por afectación del área del cerebelo, advirtiéndose
un edema cerebral de altitud en evolución. Es obligatorio un descenso
inmediato. El vértigo suele ser un sistema leve de incoordinación.
V. PREVENCIÓN DEL M.A.M.
Existen unas normas generales aconsejables para conseguir
un buen desarrollo de la aclimatación, muy válidas para estancias
en altitud:
- Ganar altitud gradualmente. En situaciones superiores
a 3.500 m, se recomienda dormir a no más de 300/350 m por encima de
la altitud donde se pasó la noche anterior, aunque de día se
alcancen cotas más altas. La hipoxia empeora durante la noche, por
tanto, interesa ascender de día para estimular la aclimatación
y dormir en cotas más bajas. “Escalar alto y dormir bajo”
- El esfuerzo físico aumenta la hipertensión
pulmonar y el consumo de oxígeno, pudiendo empeorar el MAM. Durante
la aclimatación es aconsejable dosificarlo, caminando despacio
y evitando sobrecargas físicas innecesarias.
- En altitud, las dietas hiperglucídicas son
mejor toleradas por el sistema digestivo, recomendándose un mínimo
de aporte proteico (1g/Kg de peso/día) y grasas solamente en caso de
frío intenso.
- El aumento de secreción de adrenalina incremente
el consumo de oxígeno y puede empeorar el MAM. Evitar situaciones
conflictivas y de angustia ayuda a una buena aclimatación.
- Protegerse contra la radiación directa,
o por reflexión sobre la nieve, evita el aumento de la temperatura
corporal y las quemaduras (con riesgo de sobre infección) que no favorecen
la aclimatación.
- Hidratación, es este uno de los factores
que favorecen la aclimatación. Es muy importante hidratarse y beber
varios litros de agua al día incluso aunque no tengamos sed.
VI. TRATAMIENTO DEL M.A.M.
El descenso de altitud
es el único curativo y el menos agresivo. En el MAM moderado está
indicado el reposo, rehidratación oral, dieta rica en glúcidos
y analgésicos menores, desapareciendo los síntomas a los 3 ó
4 días. Momento en el que se puede reanudar el ascenso. En el MAM grave
es aconsejable el descenso en prevención de un empeoramiento, rehidratación
oral con glúcidos y el tratamiento farmacológico administrado
siempre por personas cualificadas para ello. Ante la presencia de signos de
alarma (edema pulmonar o cerebral), se impone una actuación urgente:
descenso inmediato, cualquier retraso (horas) puede significar incluso la muerte.
Eventualmente, un tratamiento en una cámara hiperbárica de una
a tres horas suele producir una mejoría provisional y facilitar un descenso
a pie. Iniciar entonces tratamiento farmacológico; de nuevo, este tratamiento
en caso de MAM grave o ante signos de Edema cerebral o pulmonar deberá
ser administrado por persona cualificada, médico o técnico sanitario.
VII. BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA Y RECOMENDADA
- Apuntes de entrenamiento en altitud del Dr. Manuel Parajón
Viscido
- Mal de Altura. Prevención y Tratamiento. Javier Botella.
Editorial Desnivel 2002
- Artículo “Mal Aguo de Montaña” de
Ricard Herrero publicado en la revista Desnivel nº117. Abril 1996